"¿Qué pasa si hacer lo que quieres y hacer lo correcto parecen dos cosas completamente diferentes?¿Qué pasa si a base de vivir la vida que eliges te vas destruyendo a ti mismo o, peor, a alguien a quién quieres?"
Según esta novela juvenil que podríamos meter en la temática de "road trip" (novela de viajes), robar es bueno y gratificante, algo emocionante que cualquier joven normal hace todos los días. Sí, hombre, cuando uno se quiere ir de viaje lo primero que piensa es: ¿porqué voy a coger un autobús cuando puedo coger el coche de quién sea cuando quiera como si nada?. Pues eso.
Amy quiere huir de la desastrosa vida que lleva con su padre alcohólico, del que no se nos cuenta nada y que queda ahí como mero florero secundario sin voz ni voto, y con la tristeza de haber sido abandonada por su madre, un buen día decide que quiere irse a dar un pequeño viaje acompañada de su gran amigo Robinson. Hasta ahí todo normal y podríamos decir que es como cualquier otra novela juvenil de viajes donde dos amigos deciden emprender un camino hacia lo desconocido sin ningún tipo de previsión ni ahorros, sino a la aventura, que es como más se disfrutan las cosas.
A Robinson no se le ocurre nada mejor que coger una moto, en concreto una Harley ("Charley la Harley" como le decide llamar) y ofrece a Amy su compañía para ir juntos a ver mundo. Pero no se termina ahí. Lejos de estar satisfecho con la moto, decide dejarla para robar otro coche que le viene mejor, luego una furgoneta, y más tarde un descapotable. Uau, no son tontos estos adolescentes, tienen 16 años pero saben en qué transporte viajar de lujo.
Como un detalle genial el libro viene acompañado de numerosas fotografías de nuestros protagonistas y los lugares por los que van pasando, así como las cafeterías o restaurantes donde se paran a comer, un camping donde pasan la noche...etc. Pero no son fotos normales sino que me ha llamado la atención que las imágenes te ayudan muchísimo a empatizar con los personajes. Ves como son y lo que les gusta, su punto de vista durante el viaje.
"¿A quién le importa el pasado, carita de Amy, teniendo el presente?"
La novela está llena de diálogos irónicos y de humor, así que no nos vamos a aburrir para nada. Tampoco está falta de romanticismo a "fuego lento" donde una simple amistad se convierte en algo más intenso a medida que pasan los días.
Pero, ¡oh!, de nuevo como sucede en otras novelas de este tipo, surge un drama en sus vidas, un drama que por otra parte ambos ocultaban pero que sale a relucir de forma no demasiado misteriosa, ya que lo intuyes desde el principio, al menos a mí me ha pasado eso. Una enfermedad tan terrible como el cáncer viene a su encuentro y ambos tienen que hacer frente a algunos días difíciles, si bien la novela le da un toque de esperanza y ganas de vivir que hace que no te de demasiada "pena" por ellos. Esa manera de tocar la enfermedad me ha gustado, y pienso que es la mejor manera de tomarse la vida con sus problemas.
Una novela juvenil que te provoca ganas de vivir el momento y no pensar en el pasado ni el futuro, que nunca sabes lo que te va a deparar y que por otra parte nunca llegas a ver.
"Amy, si tuviéramos las instrucciones no sería la vida. Sería una tarea, trabajo. No saber es una parte importante del asunto."
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